- Región: Metropolitana
- Comuna: Padre Hurtado
- 55.561 Hab.
- Deteriorado
- Uso de la Estación: Sin uso
- Vía principal: Operativa
- Vía secundaria: Operativa
La familia de Jorge Albornoz ha participado en la historia de Villa Alegre desde los orígenes del pueblo. La estación fue inaugurada en 1874 y sus abuelos fueron de las primeras familias que llegaron a vivir al costado de ésta, encargándose posteriormente de proveerla de luz y agua. Por su parte, al día de la entrevista don Jorge se desempeñaba como presidente de la Junta de Vecinos Estación Villa Alegre por segundo período consecutivo y también como presidente del Club de Huasos de la localidad. Señala que Villa Alegre se caracteriza por ser un pueblo tradicional y representativo de la zona central del país, que destaca por su belleza arquitectónica y paisajística, así como por la producción de exquisitos vinos y su afamada chicha.
Relata que en el pasado la estación fue el principal centro social del pueblo y que pasaban cuatro trenes de pasajeros por día, dos en horario diurno y dos nocturnos. Él estudió en San Javier y todos los días iba y volvía en tren; lleno de risas y con nostalgia, recuerda que con sus amigos se escondían en los baños cuando pasaba el inspector para no pagar el pasaje. Señala que el tren era fundamental para la comunicación y la conexión con al acontecer nacional, ya que a través de éste llegaba el diario al pueblo. Además, se cargaban y enviaban al sur y el norte del país diferentes productos locales como vinos, legumbres, ganado y frutas, como sandías, melones y uvas. En 1915 y con el objetivo de facilitar el traslado de estos productos desde los fundos cercanos hacia la estación, se construyó un tranvía eléctrico que funcionó hasta 1930. La iniciativa rápidamente se conoció en todo el país y motivó a que otras localidades la imitaran.
Debido a la gran relevancia que tuvo para el desarrollo e integración del país, el 20 de enero de 2017 la estación fue declarada Monumento Histórico Nacional. Al momento de la visita el edificio se encontraba en malas condiciones, aún se conservaban algunas puertas y ventanas. A su costado estaba la antigua cabina de señales y la bodega, además de una oficina de EFE construida posteriormente, que regula el tráfico de los trenes de carga y pasajeros que aún continuaban pasando, pero sin contemplar detención en el lugar. Parte del recinto era utilizado por una empresa maderera y cercana a ésta se encontraba la subestación eléctrica de Villa Alegre. A Don Jorge le gustaría que la comunidad se responsabilice de remodelar la estación y que luego se habilite una biblioteca pública al interior del edificio.