Cuando Patricia era una niña, junto a su familia vivían al interior del fundo de don René Trivelli, en el cual también trabajaban como campesinos, en la localidad de Quinta. De aquella época tiene hermosos recuerdos, con sus amigas siempre iban a la Estación Quinta y los antiguos Jefes de Estación, como don Cesar Arias o don Darío Silva, les contaban historias y les enseñaban diferentes cosas asociadas al funcionamiento de los trenes. En ese entonces los Jefe de Estación eran muy respetados y se les consideraba una autoridad dentro del pueblo. Según sus relatos, en el pasado la estación había sido fundamental para el desarrollo del comercio local, a partir del traslado de trigo y animales principalmente. Cuando ya era un poco mayor, Patricia viajaba en tren todos los días a estudiar a San Fernando. Con mucha nostalgia, cuenta que el viaje era rápido y muy cómodo, y que la estación era muy bonita, de dos pisos y con una fachada pintada de color amarilla. Durante los veranos, llegaba mucha gente de Santiago en tren para pasar sus vacaciones, ya que el Río Teno y sus alrededores tenían paisajes muy hermosos, era un valle muy fértil en el cual se cosechaban muchas frutas y verduras.
Sin embargo, a comienzos de la década del 70` y sin previo aviso, la familia de Patricia y muchas otras familias campesinas debieron dejar sus casas y fueron trasladados hacia otros sectores cercanos, ya que, con el objetivo de mejorar los sistemas de regadío de la zona, se construyó un embalse que dejó sumergidos completamente a los pueblos de Quinta y de Convento Viejo, situación que implicó la desaparición de la antigua estación y que Patricia rememora con mucha pena e impotencia. Los lugareños dicen que en invierno cuando baja el agua del embalse, se pueden ver los escombros de la antigua estación.
Al día de la entrevista Patricia vivía cerca de Chimbarongo. Le gustaría que todas las antiguas estaciones fueran restauradas y reactivadas, ya que las considera un importante patrimonio histórico y cultural del país.