Domingo Florentino Cortés Leiva de 69 años de edad o “el chico”, como siempre le dijeron sus compañeros de trabajo, comenzó a trabajar en la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) a los 14 años, ejerciendo múltiples labores ferroviarias en diferentes estaciones del país durante su trayectoria laboral. En 1980 llegó a vivir y trabajar como encargado de cabina en la estación Tiltil, siendo habitual tener que ir a la estación Polpaico a realizar reemplazos. La localidad de Polpaico nació y se desarrolló en torno a la construcción de la red ferroviaria. Debe su nombre a dos plantas que se dan en la zona: el poll (achira) y el paico, hierba indígena medicinal para el dolor de estómago. Entre otras cosas, se le conoce por haber aportado cal para construir el “Palacio de La Moneda” y el “Puente Cal y Canto”, y por haber sido el lugar donde se gestó la Conspiración de los Tres Antonios, la cual buscaba establecer un régimen republicano de democracia local directa.
La estación formó parte del ferrocarril que comunicó a Santiago con Valparaíso entre 1863 y 1986, año en que el servicio fue clausurado luego del accidente de Queronque, en el cual colisionaron dos trenes de frente y que es conocido como el peor accidente ferroviario en la historia del país. En 1990 se habilitó nuevamente el servicio de Metrotren Santiago – Tiltil, pero solo duró dos años. La estación Polpaico fue clausurada el 8 de marzo de 1992. Según cuenta don Domingo, las estaciones se caracterizaban por ser el centro social de las localidades, en ellas se reunían sus habitantes mientras iban a esperar o dejar pasajeros, siendo siempre lugares muy concurridos y llenos de vida. El tren que iba de Tiltil a Santiago y que se conocía popularmente como “El Corto”, era muy utilizado por trabajadores que viajaban a la capital todos los días en la mañana y regresaban por la tarde. Percibe que cuando el servicio se suspendió, mucha gente tuvo que emigrar a Santiago ya que no pudo seguir movilizándose a su lugar de trabajo.
Al momento de la visita, no quedaban vestigios del antiguo edificio de la estación, pero si algunos cimientos del andén y de un andén central. Quedaban en pie algunas ruinas de la cabina de movilización, la cual era utilizada como parte de una precaria construcción habitacional. En el lugar había varios campamentos, mucha basura y escombros en las vías y en todo el recinto. Al frente una multicancha, también muy deteriorada y abandonada. La vía principal y la vía local estaban operativas, y seguían siendo utilizadas para labores de carga.