En el límite de las regiones del Maule y Ñuble y cercana al río con su mismo nombre, se encuentra la estación Perquilauquén, la cual fue construida con posterioridad al terremoto de 1928, con el objetivo de unir el recorrido Talcahuano – Chillán y Angol con el de Santiago – Curicó. Su antiguo Jefe de Mantenimiento, Eduardo Fuentes Poblete, al momento de la entrevista se desempeñaba como guardia del recinto y relata que en el pasado, la gente madrugaba y se trasladaba en carreta para alcanzar a tomar el tren que pasaba a las 8:30 am; luego pasaba uno a las doce del día, otro a las dos y finalmente el último a las siete de la tarde. Señala que junto con el traslado de pasajeros, se cargaba y transportaba mucho trigo y animales, y considera que a diferencia del actual sistema de transporte público, el tren se caracterizaba por ser mucho más placentero y cómodo, ya que permitía a los pasajeros pararse de sus asientos y recorrer los vagones si es que lo deseaban.
Debido a su buen estado de conservación y su alto valor patrimonial en términos históricos y arquitectónicos, el 20 de enero de 2017 la estación fue declarada Monumento Nacional, junto a otras cuatro estaciones con similares características, que también son una evidencia material viva del proyecto ferroviario estatal de fines del siglo XIX y principios del XX, que permitió conectar al país a través de una integración política, administrativa, social y económica. Particularmente, la estación Perquilauquén se caracteriza, en términos formales, por la incorporación del lenguaje moderno, y en términos constructivos, por su estructura en albañilería de ladrillo y hormigón armado.
Al momento de la visita ya no había detención de pasajeros y la estación solo funcionaba para el traslado de carga. El edificio seguía en pie y en buenas condiciones. En su interior aún se conservaban algunos elementos ferroviarios, como un panel de control para los cambios de vías, un timbre de aviso de tren, algunas butacas en la sala de espera y una antigua pesa. A un costado estaba la casa del Jefe de Estación, que también permanecía en buenas condiciones. Pensando en el futuro, a don Eduardo le gustaría que la estación vuelva a reactivarse, al igual que el servicio de pasajeros a lo largo de todo el país.