Yendo hacia el sur, un par de kilómetros antes del puente ferroviario que atraviesa el Río Ñuble, se encuentra la estación Cocharcas, la cual desde el punto de vista de su antiguo jefe o encargado, Luis Venegas, se caracterizó por ser una estación más bien de paso, utilizada principalmente para el cruzamiento de trenes de carga y/o pasajeros. Señala que durante la década del 80´, en un día promedio pasaban entre siete a diez trenes de carga y entre doce a catorce de pasajeros. Recuerda en particular al icónico “tren del fierro”, que pasaba todos los días a las ocho de la tarde hacia el norte y regresaba a las dos de la mañana hacia el sur. Calcula que en ese entonces, en Chile trabajaban más de 23 mil personas realizando diversas labores ferroviarias, y cuenta que se respetaba mucho la estructura jerárquica al interior de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), de modo tal que los/as diferentes trabajadores/as podían comunicarse con su superior directo, pero nunca con funcionarios que estuviesen por sobre éste en la escala de cargos.
Los productos locales que más se trasladaban y comercializaban a través de la estación Cocharcas eran azúcar, melaza y coseta. Por lo mismo, no es de extrañar que actualmente la empresa IANSA tenga una planta en sus cercanías.
El antiguo edificio de la estación ya no existe porque se quemó, y al momento de la visita, solo quedaban algunos rastros de los cimientos. Sin embargo, al costado de éste se construyó una pequeña oficina de tráfico de EFE, que se encarga de otorgar los permisos de movilización para los trenes de carga de largo recorrido. Las vías principal y secundaria, aún se encontraban operativas y se seguían realizando cruzamientos de trenes, pero no había detención de pasajeros. Pensando en el futuro, a Luis le encantaría que el tren vuelva reactivarse en todo el país. Siente además que esta es una demanda generalizada que se extiende en gran parte de la sociedad, pero de la cual lamentablemente ningún gobierno ha querido responsabilizarse en los últimos años